Tras un largo viaje de 6 horas llegamos a Llagennith, un pequeñísimo pueblo junto al mar en el que no hay nada más que un pub y una iglesia.
Nos hospedamos en el Western House B&B, un bonito Bed & Breakfast situado a 5 minutos de la playa.
A la mañana siguiente mientras desayunábamos conocimos a Elena, una chica Londinense que había ido a hacer un curso de surf el fin de semana, y que al enterarse de que yo también solía practicarlo me ofreció la oportunidad de unirme a ella, oferta que no pude rechazar, por lo que tras desayunar fuimos a la playa a hacer surf.
El Sábado aunque hizo un día espléndido hacía bastante viento y las series de olas se hacían esperar bastante y para colmo estas rompían bastante mal, pero aunque disfruté un montón después de tres años sin haber practicado uno de mis deportes favoritos me quede con la sensación de que podía haber sido aun mejor. El Domingo sin embargo hizo un día espectacular para surfear, no solo porque hacía un día espléndido sino porque las series de olas llegaban cada 3-4 minutos, y además era una ola muy fácil de coger, ideal para aprender, que nos permitió a los menos experimentados poder coger más de una con facilidad.
Tras surfear, ambos días comimos en la cafetería de la playa y tras comer fuimos a dar un paseo por la arena hasta Rhossily, pueblo donde se encuentra el famoso Worm's Head, y en el cual tras el pequeño paseo tomábamos una cerveza antes de volver a ducharnos y cambiarnos a Llagennith.
El Worm's Head al fondo |
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